martes, 29 de marzo de 2011

Estado Bolívar- venezuela celebró día del masón


En el estado BolívarCelebraron el Día de la Masonería
Este lunes 28/03/2011, la masonería en la capital bolivarense celebró su día en la plaza que lleva el nombre de uno de los precursores de este culto, Francisco de Miranda, donde no sólo se dieron cita las diferentes logias de la ciudad, sino instituciones educativas y organismos municipales.
La celebración sirvió para recordar el nacimiento de la masonería en el país, como también en Latinoamérica, a través de diversos discursos y dramatizaciones que estuvieron a cargo de alumnos de varias escuelas de la ciudad. Veinte instituciones participaron en esta celebración realizada frente al busto de Francisco de Miranda en el casco histórico.
Igualmente, Ciudad Guayana conmemoró este 28 de marzo, el 261 aniversario del natalicio del insigne Francisco de Miranda y la celebración del Día del Masón. Para honrar la memoria del prócer americano, se reunieron en el auditórium del Palacio Municipal los principales representantes del Concejo Municipal Socialista de Caroní, junto a diversos miembros de la logia masónica
Es de destacar, que :. Don Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez, nacido en
Caracas en el año 1750, Precursor de la
Independencia de Venezuela e Hispanoamérica.
Hijo del canario Sebastián de Miranda Ravelo y
de la caraqueña Francisca Antonia Rodríguez de
Espinoza. Es el primer venezolano universal.
Fundador de la Sociedad
Secreta Caballeros Racionales, que fue fundada en el año 1797 en
Londres(Matriz). Las filiales de la Sociedad de
los Caballeros Racionales , funcionarían como
Logias con en nombre de Lautaro. Su nombre
se debe a los relatos que contó Bernardo
O'Higgins a Miranda sobre la oposición que
realizó el toqui mapuche Lautaro a la
dominación española en Chile en el siglo XVI.
La primera Logia Lautaro se fundó en 1807,
en Cádiz y Madrid. La primera filial establecida
en América. fue creada en Buenos Aires, en
1812, y la Logia Lautaro de Santiago de Chile
fue instalada el 12 de marzo de 1817,Las Logias
Lautarinas fueron
logias
masónicas
progresistas, según los entendidos esto se debía,
porque quien presidia la logia desempeñaba el
cargo como Presidente y no de Venerable
Maestro. Una versión del reputado autor
masónico Albert Gallatin Mackey, indica que,
aparentemente, de acuerdo a las investigaciones
realizadas las Logias se compondría de dos
cámaras: la masonería simbólica o azul, que
constaba de los tres primeros grados, y la
masonería superior o roja, compuesta de los
grados 4° y 5°, Rosa Cruz y Kadosh, otros
especulan que se trabajaba con los tres grados
del simbolismo,
con el Grado Rosa Cruz,
Kadosh, y el grado treinta y tres (33º)
respectivamente, de acuerdo a los rituales de la
masonería Egipcia que eran practicados por
otras Sociedades Secretas.
Hacemos la
salvedad, que este pequeño esbozo de la
trayectoria del H:. Francisco de Miranda, se
hace de forma especulativa, de libre albedrio y
que motive a la investigación, para que cada
quien tenga una visión de las diferentes
comentarios al respecto.
Reflexión: Leyendo sobre la Historia de la
Masonería en Venezuela hay muy poco que
decir en lo referente a su auge y declinación
que ha resultado por diversos motivos. Tal vez
en el periodo del IL:. H:. Antonio Guzmán
Blanco hubo cierto Auge, pero de allá al
presente hay poco que comentar
Traslado del libro el siguiente comentario
palabras más, palabras menos.: Tal vez un
hermetismo, chapado a la antigua, la falta de
imaginación y capacidad de maniobra de los
dirigentes masones, en el pasado, impidió a la
institución ganar prestigio y poder. No se supo
entender que la masonería tenía que actuar con
flexibilidad, sentido de oportunidad y espíritu de
grandeza. Saber sacar provecho en el buen
sentido de la palabra, de las coyunturas que se
presentaban en el país, para afianzar su
desarrollo, sin necesidad de comprometerse y/o
empeñar su tradicional independencia. Masones
que estaban en “sueño”, fueron olvidados por
sus logias, otros que ocuparon altos cargos
públicos durante varias administraciones, que
por su desvinculación con las logias o por que la
dirigencia Masónica no supo tomarlos en
cuenta,
en las posiciones políticas que
ocupaban, en nada beneficiaron en el progreso
de la Institución Masónica en Venezuela. Para
terminar este resumen de la historia de la
masonería Venezolana, es importante señalar
que la Orden en el país, perdió progresivamente
influencia en la vida nacional, ninguna de sus
credenciales históricas fueron suficientes para
llamar la atención de la sociedad en el siglo
pasado. La equivocada decisión de aislamiento
sistemático, la margino de los grandes
movimientos de opinión, donde una institución
benemérita, como es la masonería, con
dirigentes hábiles, habría podido obtener
resonante prestigio y poder. La Masonería
Venezolana, tenía que haber sido el marco
propicio para el engrandecimiento en la
sociedad, pero repetimos la falta de liderazgo,
imaginación, sentido de la oportunidad,
moderna organización e inteligente empleo de
los recursos humanos, impidieron que la Orden
lograra un desarrollo a tono con las credenciales
que a sabido acumular a través de la historia.
Ahora el porvenir de la Masonería venezolana,
depende fundamentalmente de la preparación y
capacidad de quienes la dirijan. Desde la
reconstrucción de la Gran Logia, en 1838, la
han hecho caminar a la saga de intereses
particulares, olvidándose del carácter progresivo
y progresista (no de especulación) de la
institución, generadora de ideas que hicieron
transformar la historia. El futuro de la
Masonería Venezolana puede ser promisorio, en
la medida en que se imponga el espíritu de
grandeza y el ejercicio de la docencia en todos
los niveles y se practique la fraternidad real,
para hacer de las logias verdaderos talleres de
pensamiento y generadores de la perfectibilidad
personal y social. A esta fecha donde están los
proyectos, el liderazgo y la gerencia a una nueva
visión, los líderes de hoy y de mañana.
Bibliografia:
Le Masson
No. 0 Año III
Boletín Digital No. 129

jueves, 24 de marzo de 2011

Masonería y Socialismo

Masonería y socialismo
Salvador Allende

Serenísimo Gran Maestro de la Gran Logia de Colombia,
QQ:.HH:. integrantes del Supremo Consejo,
Altos Dignatarios de la Orden, QQ:.HH:. todos:
Pienso, mirando hacia el comienzo de mi vida, y aún joven, que no
recibí con facilidad el derecho de ser miembro de la Gran Logia de
Chile, porque había sido un estudiante rebelde.
Y si golpeé las puertas de la Resp:. Log:. Progreso # 4 de
Valparaíso, lo hice con la profunda convicción y teniendo el acervo
de los principios masónicos inculcados en mi hogar y en el hogar de mi
padre.
El Q:.H:. Ramón Allende Padilla Huelvo, fue Serenísimo Gran Maestro
de la Gran Logia de Chile y fundador de la Logia cuyas puertas se
abrieron para mí en Valparaíso, siendo la segunda Logia en el país.
Tenía plena conciencia de que la Orden no es ni una secta, ni es un
partido. Que al desbastar el hombre la piedra bruta, se preparará para
actuar en el mundo profano y es obligación de los masones actuar en
él sobre las bases de los principios permanentes de la masonería. Por
eso no diré para agradecer, porque me parece que ese es un término
impropio entre HH:. , sino para testimoniar el contenido generoso de
las palabras del Soberano Gran Comendador y del Serenísimo Gran
Maestro para un hermano que tengo que recordar también la noche de mi
Iniciación, cuando oí por vez primera, en el ritual, que los hombres
sin principios y sin ideas arraigadas, son como las embarcaciones que
roto su timón, se estrellan contra los arrecifes. También supe que en
nuestra Orden no había ni jerarquías sociales ni fortunas.
Por eso desde el primer instante se fortaleció mi convicción de que
los principios de la Orden, proyectados al mundo profano, podían y
debían significar una contribución al gran proceso renovador y
bullente, que buscan los pueblos en todo el orbe y, sobre todo, los
pueblos de este Continente cuya dependencia política y económica
acentúa la tragedia dolorosa de los países en vía de desarrollo. Por
eso, teniendo la seguridad de que la tolerancia es una de las virtudes
más profundas y sólidas, a lo largo de mi vida masónica, que alcanza
ya a los 33 años, planteé en las planchas masónicas en las diversas
Logias de mi patria la seguridad, cierta para mí, de que podía
coexistir dentro de los Templos con mis HH:. , a pesar de que para
muchos era difícil imaginar que lo pudiera hacer un hombre que en la
vida profana públicamente dice que es marxista.
Este hecho, comprendido dentro de las logias, fue muchas veces
incomprendido en mi propio partido. Más de una vez en los congresos
del partido que fundara nada menos que un Ex Serenísimo Gran Maestro
de la Orden Masónica de Chile, Eugenio Matto Hurtado, se planteó la
incompatibilidad entre ser masón y ser socialista. Es más dura la
intolerancia en los partidos políticos. Yo sostuve mi derecho a ser
masón y ser socialista. Manifesté públicamente en esos Congresos,
que si se planteaba esa incompatibilidad, dejaría de ser militante del
partido socialista, aunque jamás dejaría de ser socialista en cuanto
a ideas y principios; de la misma manera, sostuve que el día que en la
Orden se planteara, cosa que no me podía imaginar, la incompatibilidad
entre mi ideario y mi doctrina Marxista y ser masón, dejaría los
Talleres, convencido de que la tolerancia no era una virtud practicada.
He podido sortear esta realidad y creo que tan solo puedo ofrecer a los
HH:. de la Gran Logia de Colombia una vida leal a los principios de la
Orden, dentro de la Orden, y en el Mundo Profano. Durante muchos años,
desde estudiante, que supo de la cárcel y de la exclusión de la
Universidad y de la relegación, hasta hoy, he sido consecuente con mis
convicciones. Mis batallas en un mundo político convulsionado, pero en
un país que políticamente ha alcanzado altos niveles, a veces sin
ninguna posibilidad y seguro de ello, de llegar al solio de los
presidentes de Chile.
Me interesaba abrir un surco, sembrar una semilla, regarla con el
ejemplo de una vida esforzada para que algún día diera su fruto esta
siembra, no para mí, sino para mi pueblo, para el de mi patria, que
necesita una existencia distinta. Chile, si bien es cierto que es un
país que políticamente ha alcanzado - como lo dijera hace un instante
- niveles más altos en el desarrollo político que otros países de
este Continente; si bien es cierto que Chile, es un país donde la
democracia burguesa ha permitido el desarrollo de todas las ideas; si
bien es cierto - repito - que esto es así, ello se ha alcanzado por la
lucha de los sectores populares, a fin de que se respete el derecho del
hombre y las conquistas alcanzadas por el pueblo y que han sido
logradas en heroicas batallas por la dignidad y por el pan. Si bien es
cierto que Chile ha logrado en lo político ser un país independiente,
desde el punto de vista económico no lo es; y nosotros pensamos que es
fundamental alcanzar esa independencia económica para que sea nuestro
país auténticamente libre en lo político.
Y pensamos que es fundamental que ello se logre, como pueblo, nación o
país; así como es fundamental que el hombre de mi tierra pierda el
temor a la vida, rompa con la sumisión, tenga derecho al trabajo, a la
educación, a la vivienda, a la salud y a la recreación. Pensamos que
el hombre de Chile tiene que vivir el contenido de palabras tan
significativas y que constituyen la tríada de los fundamentos
masónicos: FRATERNIDAD, IGUALDAD Y LIBERTAD.
Hemos sostenido que no puede haber igualdad cuando unos pocos lo tienen
todo y tantos no tiene nada. Pensamos que no puede haber fraternidad
cuando la explotación del hombre por el hombre es la característica
de un régimen o de un sistema. Porque la libertad abstracta debe dar
paso a la libertad concreta. Por eso hemos luchado. Sabemos que es dura
la tarea y tenemos conciencia de que cada país tiene su propia
realidad, su propia modalidad, su propia historia, su propia
idiosincrasia. Y respetamos por cierto las características que dan
perfil propio a cada nación del mundo y con mayor razón a las de este
Continente.
Pero sabemos también, y a la plenitud de conciencia, que estas
naciones emergieron rompiendo el correaje por el esfuerzo solitario de
hombres que nacieron en distintas tierras, que tenían banderas
diferentes, pero que se unieron bajo la misma bandera ideal, para hacer
posible una América independiente y unida. La historia nos enseña que
unas pocas Logias irregulares, como las Lautarianas, fueron la semilla
y la simiente de las luchas emancipadoras, y aquí, en la Gran Logia de
Colombia, puedo recordar con profunda satisfacción que Bolívar
escribió a O´Higgins directamente desde Sucre, y que su palabra
encontró eco en el Padre de la Patria Nuestra, que "entregara la
lección de tenacidad" cuando supo de las derrotas, pero supo también
de la entereza para resarcirse de ellas; y en tierra hermana argentina
buscara junto a San Martín, la posibilidad de la batalla decisiva que
liberara a Chile; y tuvo la visión en el Cono Sur de la América que
tuvo Bolívar en su ansia justa, para el resto del Continente.
Por eso, un día 20 de Agosto, desde la Rada de Valparaíso despidió
con estas palabras a los barcos de la expedición libertadora del
Perú: "De estas cuatro tablas depende el porvenir de América". Fueron
soldados de Chile y Argentina los que contribuyeron a la liberación
del Perú. Por eso, con modestia en la dimensión de la realidad, y
sabiendo que en el mundo contemporáneo, más que el hombre, son los
pueblos los que deben ser y son los actores fundamentales de la
historia, busqué la posibilidad de hacer que este pueblo, el de Chile,
tomara conciencia de su propia fuerza y supiera encontrar su propio
camino.
No ha habido, por lo tanto, más que un aporte en lo personal. Han sido
las masas populares chilenas, las mayoríasnacionales, integradas por
campesinos y obreros, por estudiantes, empleados, técnicos,
profesionales, intelectuales y artistas; han sido ateos y creyentes,
masones y cristianos, laicos; han sido hombres con definición
política en partidos centenarios, como el radical, o sin domicilio
político, los que convergieron en un programa que levantó la voluntad
combatiente de las masas chilenas, para enfrentar al reformismo de la
democracia cristiana y a la candidatura que representaba lo tradicional
del capitalismo del señor Jorge Alessandri.
Chile, por lo tanto, vivió la etapa prolongada y no estéril de los
gobiernos típicamente capitalistas. Digo no estéril, porque he
sostenido que nuestro país ha sido o es uno de aquellos en que la
democracia burguesa ha funcionado propiamente como tal.
Las Instituciones chilenas tienen una firmeza más que centenaria; y
este año el congreso de mi patria, del cual formé parte durante 27
años, dos años como Diputado y 25 como Senador, va a cumplir 160
años, casi en ininterrumpida labor. Yo diría de ininterrumpida labor.
Por eso no renegamos de lo que antes se hizo, pero comprendemos que el
camino de ayer no puede ser el mismo camino de mañana. Por eso en el
proceso político al viejo sistema sucedió la brillante esperanza,
sembrada demagógicamente, de una revolución y libertad caracterizadas
por el reformismo de la democracia cristiana.
Tampoco niego que ese gobierno, al cual sucede el gobierno del pueblo,
no hiciera avances en el campo económico, social y político; pero
siempre están en pié los grandes déficit que caracteriza la
existencia de pueblos como los nuestros: vivienda, trabajo, salud,
educación. No hay ningún país en vía de desarrollo que haya logrado
solucionar cualquiera estos rubros esenciales y menos en este
Continente donde un vasto sector humano ha sido negado y desconocido;
sean los descendientes de Atahualpa o los hijos de Lautaro en mi
Patria, el heróico arauco, el mapuche, el indio, el mestizo; han sido
y, lamentablemente, a pesar de que dieron la simiente de nuestra raza,
preteridos, postergados y aún negados en muchos países.
Por eso nuestro combate y nuestra decisión tenían que ser no un
cambio político, no el traspaso del gobierno de un hombre a otro, sino
la entrega de un régimen a un pueblo que quiere la transformación
profunda en lo económico, en lo político y en lo social. Para abrir
el camino dentro de su legitimo derecho al socialismo, Chile - he
dicho, Serenísimo Gran Maestro - tiene su propia historia, como la
tienen los otros pueblos con sus propias características. Y Colombia
sella como Chile su vocación democrática y libertaria.
Pero nosotros vivimos en 1938 una etapa distinta a todos los pueblos de
este Continente y a la mayoría de los pueblos de Europa y de otros
Continentes. Chile fue uno de los tres países del mundo en que hubo un
"Frente Popular". Y un masón radical, Pedro Aguirre Zerda, alcanzaba
el poder por las fases políticas del entendimiento entre el partido
radical, más que centenario, y los partidos marxista, comunista,
socialista y el partido democrático.
En mi Patria, y más allá de mi Patria, se combatió la posibilidad de
la victoria del Frente Popular. Se echaron a vuelo las campanas del
terror y del pánico. Se habló de los " tontos útiles" para decir que
los comunistas y los socialistas se aprovecharían de los radicales
para instaurar una dictadura. Y Aguirre Zerda, radical de derecha, se
engrandeció en el ejercicio del poder porque vitalizó el contacto con
el pueblo y su lealtad hacia él.
Y cuando un día aciago, soldados que no respetaron el compromiso
contraído con su conciencia y con la Constitución política, se
levantaron con el pretexto fútil de que un trapo rojo ondeaba en la
Moneda de Chile, porque un pabellón partidario se había apoyado en su
muralla, fue el pueblo el que rodeó los cuarteles. Fue el pueblo sin
armas el que los obligó a rendirse, sin que sus heroicos soldados
dispararan un solo tiro frente a una multitud dispuesta a defender a un
radical masón, pero maestro y estadista.
Por eso en la raíz del proceso de la evolución política chilena, hay
antecedentes que no tienen otros paralelos, y por eso se hace difícil
entender lo que hoy acontece en mi Patria; y por eso es raro que hoy se
tema la presencia de un masón o de un socialista en el gobierno de
Chile. La verdad es, Serenísimo Gran Maestro, que nadie en mi Patria,
ni más allá de las fronteras, puede llamarse a engaño.
Durante más de un año dimos a conocer el programa de la Unidad
Popular- repito- integrada por laicos, marxistas y cristianos, por
hombres de la pluma, del arado y del riel. Nadie que lo quiso, dejó de
conocer por qué luchábamos y para qué luchábamos. Siempre sostuve
que era difícil ganar en las elecciones, que era más difícil asumir
el gobierno, que aún era más difícil construir el socialismo.
Siempre expresé que esa era tarea que no la podía hacer un hombre o
un grupo de partidos, sino un pueblo organizado, disciplinado,
consciente, responsable de su gran tarea histórica, y los hechos han
comprobado lo que yo sostuviera. Fuimos tan combatidos como en el año
38. Y yo, que he sido varias veces candidato, tengo la experiencia de
hasta qué métodos se recurre para impedir el avance de los pueblos.
Una impresionante cruzada se gestó en el 69 para diseminar el pánico
de la persecución religiosa, el temor de que fueran eliminadas las
fuerzas armadas de Chile, de que fuese suprimido el Cuerpo de
Carabineros; argumentos sencillos, pero capaces con su maldad
encubierta, de ser asimilados para negarnos los votos que
necesitábamos.
Siempre sostuve que cada país, de acuerdo con su propia realidad,
debía buscar el camino. Por lo tanto, agregué que, desde el punto de
vista teórico, para mí por lo menos, el foco guerrillero, la
insurgencia armada, el pueblo en armas o las elecciones, eran caminos
que podrían elegir los pueblos dentro de su propia realidad. Yo no
tengo ambages en decirlo.
Hay países en que nadie se puede imaginar que puede haber elecciones
porque no hay congreso, ni partidos ni organizaciones sindicales. Por
eso pisamos ese sendero dentro de las leyes de la democracia burguesa,
comprometidos a respetarlas, pero al mismo tiempo a transformarlas,
para hacer posible que el hombre de Chile tenga una existencia distinta
y que Chile sea auténticamente una Patria para todos los chilenos.
Hemos planteado una revolución auténticamente chilena, hecha por
chilenos, para Chile. No exportamos la revolución chilena, por razones
muy sencillas: porque algo sabemos de las características de cada
país. Para exportar democracia y libertad tiene que haber algunas
condiciones que no tienen la inmensa mayoría de los pueblos
latinoamericanos.
Por eso es que entre Hermanos, en la Gran Logia de Colombia, pueden
darse cuenta ahora de la sinceridad de nuestra postura de no
intervención. Es la entrega franca del planteamiento de un Hermano,
frente a Hermanos. La batalla nuestra es muy dura y muy difícil
porque, indiscutiblemente, para elevar las condiciones de vida de
nuestro pueblo, necesitamos hacer las grandes transformaciones
revolucionarias que hieren intereses: intereses foráneos, el capital
extranjero, intereses imperialistas, intereses nacionales de los
monopolios y de la alta banca. Estamos convencidos de que no podremos
derrotar el retraso y la ignorancia, y la miseria, moral y
fisiológica, si no utilizamos los excedentes que produce nuestra
propia economía para sembrarlos en escuelas, caminos, haciendas
trabajadas con técnica moderna, para hacer posible - repito - el
rendimiento en nuestra propia patria, de lo que legítimamente nos
pertenece. Solo puedo ilustrar, para que se entienda nuestra posición,
el caso de Chile, con el cobre, por ejemplo: riqueza fundamental, pilar
de nuestra economía, representa el 82% del presupuesto de divisas del
país, y nos da el 24% del ingreso fiscal, Serenísimo Gran Maestro. Y
esto ha estado manejado por manos que no son chilenas. La inversión
inicial de las compañías americanas del cobre no superó hace 50
años los 13 millones de dólares; y a lo largo de estos años han
salido de Chile 3.200 millones de dólares para ir a fortalecer a los
grandes imperios industriales. En estas condiciones, ¿cómo podemos
progresar? ¿Cómo un pueblo que tiene las más grandes reservas de
cobre del mundo y la más grande mina del mundo que es Chuquicamata, no
puede controlar ni los precios, ni los niveles de producción, ni los
mercados, cuando la variación en un centavo en el precio de la libra
de cobre representa un mayor y nuevo ingreso para Chile de 12 millones
de dólares? ¿Cómo es posible, que ese que yo he llamado con razón
el sueldo de Chile, sea manejado por manos que no son chilenas?.
Yo declaro que en esta actitud nuestra de rescate de nuestras riquezas
fundamentales no hay, QQ:. HH:., una actitud ni discriminatoria ni
contraria a los pueblos. Respetamos a los Estados Unidos como nación;
sabemos su historia y comprendemos perfectamente bien la frase de
Lincoln cuando dijo: "Esta nación - refiriéndose a su patria - es
mitad esclava y mitad libre". Esa misma palabra, esa misma frase, puede
aplicarse a nuestros pueblos aparentemente libres pero esclavos en la
realidad moderna. Por eso hemos luchado y por eso somos combatidos.
He puesto el ejemplo del cobre y podría hablar del hierro, del acero,
del carbón y del salitre, y podría hablar de la tierra. En un país
que puede alimentar a 20 millones de habitantes o más, se tiene que
importar todos los años carne, trigo, grasa, mantequilla y aceite, por
un valor superior a los 180 o 200 millones de dólares. Si continuara
el proceso de aumento vegetativo de la población a razón del 2.9% al
año, y no aumentara la producción agrícola, en el año 2000 Chile
tendría que importar mil millones de dólares en alimentos. Y todo el
comercio exterior de Chile en este instante, Serenísimo Gran Maestro,
son 1.200 millones de dólares, de los cuales el cobre representa 1.030
millones.
En estas condiciones tampoco podría estar ausente de la mente nuestra,
la necesidad de un profunda reforma agraria, que es parte del proceso
de desarrollo económico de un país, y que no es sólo el cambio de
propiedad de la tierra sino la elevación del nivel intelectual y moral
del trabajador de la tierra. Nosotros hemos hecho nuestra la frase de
Tupac-Amaru, el cacique del Perú, cuando dijo a sus indios: "El
patrono no comerá más de tu hambre".
Hemos querido efectivamente que el trabajador de la tierra sea el que
tenga derecho también a comer lo que la tierra produce. Y yo, que soy
médico, y que he sido cinco años Presidente del Colegio Médico de
Chile, siendo combatiente senador socialista, que sé lo que es la vida
gremial, y que puedo decir con satisfacción a mis hermanos que los
médicos de mi Patria me respetaron y me respetan, puedo señalar con
dolor chileno, lo que seguramente también pasa en otros pueblos:
600.000 niños de mi patria, Serenísimo Gran Maestro, que ha alcanzado
el nivel político que he mostrado aquí, son retrasados mentales,
porque no recibieron proteínas en los primeros seis meses de su
existencia.
Frente a estas realidades no cabe el conformismo. Frente a este
panorama cabe la explicación en el mundo profano de los principios que
a mí me enseñaron y aprendí en la Orden. Por eso he combatido, y por
eso, no en lo personal, sino en función de vocero de un pueblo, soy
Presidente de mi Patria, para cumplir sin vacilaciones el programa que
levantara la frente al pueblo; porque tengo un compromiso ante mi
conciencia, y es un compromiso de un masón frente a la conciencia de
un masón, y tengo un compromiso con la historia y tengo un compromiso
con mi Patria.
Esto va significar represalias. Herir intereses es duro, y que esos
intereses se defienden, lo sabemos y ya lo estamos viendo. Pero,
¿hasta dónde los pueblos de este Continente van a aceptar que seamos
manejados por control remoto? Durante 20 años se ha hablado del Fondo
Monetario Internacional, de la convertibilidad de la moneda en oro.
Y de la noche a la mañana, cuando le interesa al país hegemónico, se
cambian las reglas del juego y se golpean nuestras débiles economías.
Durante 15 o 20 años hemos visto que a las Naciones Unidas no puede
ingresar la República Popular China, país de 900 millones de
habitantes. Pero cuando conviene al problema interno de un país, en
vísperas de elecciones, se puede decir que se reconocerá a China y
puede viajar el Presidente de los Estados Unidos a conversar con Mao
Tse Tung.
Pero nosotros no podemos hacerlo antes. ¿Hasta cuándo no vamos a ver
nosotros que tenemos derecho a trazar nuestro propio camino, a recorrer
nuestro propio sendero, a tomar las banderas libertarias de los
próceres de este Continente para convertirlas en realidad, porque esa
es la tarea que nos entregaron? Si eso es ser revolucionario, yo lo
soy, pero si eso es ser masón, también sostengo que lo soy.
Por eso puedo decirles también a los QQ:. HH:. de la Gran Logia de
Colombia: en mi patria no hay un hombre encarcelado; en mi patria no
hay un preso político; en mi patria se respetan todos los derechos. Y
esta noche he tenido el agrado de llegar a este Templo acompañado del
Embajador de Chile en Colombia, Q:.H:. Hernán Gutiérrez. Viene
también con nosotros el Director General de Carabineros, General José
María Sepúlveda que es también un Hermano nuestro, y él sabe
perfectamente bien, como lo sabe el Q:. H:. Gutiérrez, que es cierto
lo que estoy diciendo. Y si hubiere todavía que buscar un testimonio,
aquí está presente un H:. que vio aquí la luz masónica, porque es
colombiano, que es embajador de Colombia en Chile, que no ha olvidado
que es masón y que yo tuve el agrado y la suerte de estrechar su mano
después de ser triunfante en las urnas, dentro de un Templo Masónico,
donde llegó siendo diplomático como llega Gutiérrez a cumplir en las
Logias con su obligación masónica.
Por eso sostengo que frente al clima artificial creado antes o durante
la elección, seguirán hechos mucho más duros, que tenemos que
confrontar. Pero si hay gobernantes o gobiernos que creen que es
legítimo defender los intereses de unos pocos, por muy grandes que
sean, yo sostengo el derecho a defender el interés de mi pueblo y de
mi Patria frente a los intereses de unos pocos.
Si alguien piensa que, a estas alturas de la vida, la amenaza material
puede doblegar a los pueblos, se equivoca. Estados Unidos tiene que
aprender la lección de Vietnam. Y la lección de Vietnam es una
lección para todos los países pequeños, porque es la lección del
heroísmo y la dignidad.
Y nosotros debemos entender que hay países que gastan cien mil
millones de dólares al año en una guerra, en un continente que no es
el suyo, para impedir que un pueblo se dé el destino que quiera,
frente a una América Latina que tiene que estar con manos tendidas e
implorantes, para conseguir empréstitos pequeños, gotas de leche de
la gran ubre del país más poderoso del capitalismo; en circunstancias
que de este Continente, en la última década, han salido muchos más
millones por amortización de las utilidades e intereses, que los que
ingresan como aporte de capitales. América Latina, continente pobre,
es exportador de capitales, frente a la realidad del país más
poderoso del mundo, del capitalismo internacional.
Es por eso que ésta es nuestra lucha, y es por eso que uso éste
lenguaje que es un lenguaje de claridad, como es la obligación de
hacerlo frente a mis Hermanos. Es una lucha frontal que no sólo será
en Chile; que está dándose en todas partes del mundo, porque vivimos
el minuto trascendente en que los viejos sistemas crujen, y es
obligación nuestra mirar con ojos abiertos lo que va a ocurrir
mañana, para analizar si somos capaces de encontrar los cauces que
permitan a las grandes masas continuar un camino que no sea el de la
violencia innecesaria y del costo del capital elevado. Yo lo he dicho
en mi país, y lo repito aquí en el seno de los Hermanos de Colombia:
yo no soy una represa, pero sí soy el cauce para que el pueblo pueda
caminar con la seguridad de que sus derechos serán respetados. No
pueden detenerse las avalanchas de la historia.
No pueden las leyes represivas calmar el hambre de los pueblos.
Transitoriamente podrán aplazarse algunos años; y quizá hasta una
generación, pero tarde o temprano se rompen los diques y la marea
humana inunda, pero esta vez con violencia - y a mi juicio justa -
porque también su hambre y sufrimiento son más que milenarios en
algunas partes, y centenarios, por lo menos en nuestro Continente. Si
viejas Instituciones como la iglesia ven transformarse el contenido de
su propia existencia; si los obispos reunidos en Medellín hablan un
lenguaje que pudiera haber sido revolucionario hace 5 o 10 años
atrás, es porque comprenden que el verbo de Cristo tienen que
recuperarlo para que la iglesia se salve como Institución, porque si
la ven siempre comprometida con los intereses de unos pocos, nadie va a
creer mañana en la verdad de la enseñanza del que la dio: el Maestro
de Galilea, considerado por mí, por lo menos como hombre.
Es por eso que yo pienso y sueño. Sueño en la noche de la
iniciación, cuando recordaba estas palabras: que los hombres sin ideas
arraigadas y sin principios, son como las embarcaciones, que perdido el
timón, encallan en los arrecifes.
Yo quiero que los Hermanos de Colombia sepan que no voy a perder el
timón de mis principios masónicos. Es más difícil hacer una
revolución en que no haya costo social y es duro estrellarse contra
poderosos intereses internacionales y poderosos intereses nacionales.
Pero lo único que quiero es llegar mañana, cumplido mi mandato, y
entrar por la puerta de mi Templo, como he entrado ahora siendo
Presidente de Chile.
Q:.H:. Salvador Allende:.